La Policía Local de Calvià pondrá en marcha, a partir del inicio del próximo curso escolar, un dispositivo especial destinado a la vigilancia y al control del tráfico en las horas de entrada y salida de alumnos a los centros educativos.
El municipio cuenta con un total de 14 centros escolares, públicos y privados, que acogen a una gran cantidad de alumnos a diario, exceptuando fines de semana y festivos, y que suponen un incremento del tráfico en las horas punta.
Por ese motivo, a partir de este viernes día 13 se iniciará este operativo especial, que se prolongará durante 35 semanas, es decir, hasta la última semana de junio del próximo año, coincidiendo con la finalización del curso escolar.
Los centros educativos, en función de su ubicación y de la peligrosidad del tráfico, dispondrán de presencia permanente, de agentes que hagan comprobaciones sistemáticas o de vigilancias esporádicas.
Diariamente, explican desde la Policía, se destinará a estas operaciones un mínimo de 18 agentes, que cubrirán la entrada y salida de los alumnos a los centros que se consideren más prioritarios. En ocasiones, cuando el servicio así lo requiera, se llegarán a destinar 28 policías a estas funciones a diario. Esto supondrá destinar, aproximadamente, unas 2.700 horas de regulación efectiva a lo largo de todo el curso escolar con el fin de ordenar el tráfico, mejorar su fluidez y, en definitiva, garantizar la seguridad de los alumnos de Calvià.
[button color=»eg. red» link=»»]Recomendaciones para las familias[/button]
La Policía Local también ha solicitado la colaboración de las familias de los alumnos y, para ello, ha lanzado una serie de recomendaciones:
Acudir al centro escolar con tiempo suficiente.
El uso de los cinturones y de los sistemas de retención obligatorios para todos los ocupantes de los vehículos.
Utilizar espacios habilitados como aparcamiento para dejar y recoger a los niños.
Asegurarse de que los alumnos se apeen del vehículo utilizando la puerta más próxima a la acera.
Controlar que los alumnos crucen la calzada utilizando, siempre que sea posible, los pasos de peatones habilitados a tal efecto.
Cumplir las normas de circulación.
Atender a las indicaciones de los agentes que regulan el tráfico.