Mala Hierba: “El mundo del rock tiene muchos más momentos de esfuerzo que de farra”

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El grupo mallorquín asegura que se ha mantenido activo durante la cuarentena y espera que, a medio plazo, la nueva normalidad se parezca a la normalidad clásica

 

Mala Hierba es un grupo de rock urbano fundado en Palma el año 2017. Ha pasado por muchos cambios durante los últimos años, como las bajas de dos guitarristas distintos, pero eso no les ha impedido seguir adelante. Entre los tres componentes actuales encontramos dos hermanos nacidos en Calvià, el bajista Agustín Martínez y el batería Martín Martínez, junto al cantante y guitarra Nico Galindo. La banda asegura que haberse conocido en el momento preciso fue un golpe de suerte y que su objetivo está claro desde el principio: componer temas propios, grabar discos y tocar en tantas ciudades como sea posible.

Este año parecía ser el año de la banda, pues su primer disco “Quiero que vengas” publicado el pasado 11 de octubre estaba teniendo una muy buena acogida y tenían una gira programada por la península. No obstante, el coronavirus ha cambiado sus planes y se han tenido que adaptar a la situación. De todas formas, la pandemia no los ha frenado, pues han aprovechado el confinamiento para dar forma a temas nuevos y para hacer algunos conciertos en streaming. Eso sí, Mala Hierba tiene claro que este tipo de directos no pueden reemplazar las actuaciones en vivo.

Con motivo del Día Internacional del Rock, entrevistamos a este grupo para descubrir más sobre sus canciones, sus influencias, sus conciertos, su reorganización frente a la Covid-19 y todo lo que supone sacar adelante una banda de rock en los tiempos que corren.

Empezasteis el año muy bien: superasteis las 100.000 reproducciones en Spotify con el single de vuestro primer disco, sacasteis un videoclip, hicisteis vuestro debut en diversos teatros de Mallorca… ¿Cómo habéis vivido el parón del confinamiento? ¿Habéis aprovechado para crear, para planificar cómo afrontar la nueva normalidad…?
La verdad es que, como dices, el año empezó para nosotros muy bien, y el parón nos ha truncado un poco esa inercia tan buena que teníamos. No nos ha dejado ni tocar en directo ni ensayar pero, dentro de lo que cabe, hemos hecho lo posible por mantenernos activos. Sí que hemos estado dando forma a algunos temas nuevos y, además, cada uno en su casa ha ido perfeccionando sus arreglos. Al volver al local de ensayo hemos podido comprobar con alivio que no nos hemos oxidado durante estos tres meses.

Habladnos un poco de vuestro disco… ¿En qué os inspirasteis para componerlo? ¿Estáis contentos con el resultado?
Como primer disco, creemos que marca una línea con la que nos sentimos identificados, nos gusta y queremos seguir en ella. Los temas nuevos que hemos hecho después siguen el mismo camino y, si cambiamos algo, será solamente para ir encontrándonos cada vez más a nosotros mismos, pero sin alejarnos de lo que ya hacemos. Por otro lado, en cuanto a la inspiración a la hora de componer… eso es solo una cuestión de momentos. Las canciones suelen estar relacionadas, en mayor o menor medida, con situaciones que van sucediendo. Cualquier canción que no se hubiera escrito en el momento en que se hizo ya nunca hubiera salido igual.

Sabemos que teníais programada una gira a nivel nacional este año, “Quiero decir 2020”, pero se ha visto interrumpida debido a las medidas de seguridad adoptadas para frenar la expansión del coronavirus. ¿Qué tenéis pensado hacer: suspenderla, aplazarla, hacer los conciertos en streaming…?
Nos gustaría poder retomarla y estamos trabajando para conseguirlo. Uno de los conciertos que teníamos previstos en Mallorca ya prácticamente lo tenemos confirmado para otra fecha, y para los que íbamos a hacer en la península estamos buscando la forma de organizarlos. La opción de hacer los conciertos en streaming no la contemplamos, entre otras cosas porque una parte importante de la promoción del disco pasa por dejarnos ver en sitios diferentes, y esa posibilidad la perdemos emitiendo por internet.

Por otro lado, es cierto que tuvisteis tiempo de ir a algunas ciudades de la Península (Barcelona, Madrid, Bilbao…) antes de que llegara la pandemia. ¿Cómo os acogió el público? ¿El feedback y las sensaciones son diferentes en cada comunidad autónoma?
Partiendo de la base de que cada ciudad nos ha dejado detalles que no hemos tenido en las otras, sí que hemos notado que en el norte es donde parece que más arraigada está la cultura del rock. En Bilbao tuvimos una noche muy especial y se notó que la gente se sabía las canciones y venía al concierto con ganas de vernos. Esto no quita que vayamos a repetir en las demás ciudades, porque no podemos decir que hayamos tenido ninguna experiencia decepcionante.

Recién empezado el confinamiento, anunciasteis que el guitarrista del grupo se marchaba y que defenderíais vuestros conciertos en formato trío temporalmente. ¿Cómo os ha ido por el momento? ¿Podríais decir que estáis en busca y captura de un nuevo guitarrista?
Así es, pero nos lo tomamos con calma. Tenemos claro que para poder desplegar al completo las canciones en un directo no tenemos suficiente con una guitarra, y estamos sondeando opciones para encontrar a otro guitarrista que cubra la vacante. Sin embargo, el último concierto de la gira ya lo hicimos en formato trío y el resultado fue mejor de lo que esperábamos, así que también contamos con la baza de no tener una necesidad apremiante. Tan pronto como encontremos a alguien que encaje con nosotros lo incorporaremos, pero hasta entonces sabemos que podemos defender un directo siendo los que somos.

Y dejando a un lado el presente y el futuro, os proponemos hacer un salto en el tiempo… ¿Cómo nació “Mala Hierba”? ¿Os conocisteis por casualidad, teníais un objetivo claro desde el principio, ha habido muchas piedras y cambios por el camino…?
El proyecto nació con un objetivo bastante claro que, a día de hoy, sigue intacto: queríamos componer temas propios, grabar discos y tocar en tantas ciudades como fuera posible. No teníamos demasiados medios pero, poco a poco, hemos ido aprendiendo a movernos y a dar pasos adelante. En ese sentido nos ha venido bien también contar con un sello discográfico que nos ha marcado unas pautas para afrontar la publicación de un disco. Por otro lado, el hecho de habernos conocido en el momento preciso sí fue un golpe de suerte, pues al final ha sido lo que ha propiciado que hayamos podido salir adelante. Una idea que no se puede ejecutar se queda en nada y, por suerte, ese no ha sido nuestro caso. Sí que hemos tenido algunos contratiempos, como el hecho de haber tenido que afrontar las bajas de dos guitarristas, pero entendemos que estas cosas son normales y hemos conseguido que no nos desanimen.

Durante el confinamiento habéis estado en carteles de diversos festivales vía streaming: de Club de Rock Bunyol y de Rock Estatal Records. ¿Qué tal la experiencia? ¿Veis futuro a estas alternativas en un mundo post coronavirus?
Estamos muy satisfechos con la experiencia porque nos ha permitido acercarnos a un público diferente. Sin embargo, la opción de hacer conciertos en streaming ha surgido para cubrir una necesidad en un momento puntual, pero para nuestro gusto no es una alternativa real para el futuro ni puede reemplazar a los conciertos en vivo. La mayoría de los conciertos que se han hecho a través de las redes sociales han sido o bien en formato acústico y sin la participación de parte de la banda, o bien en diferido. En el primer caso se desvirtúa tanto el concepto de la propia banda como el de las canciones y, en el segundo, se altera el concepto de concierto como tal. Esperamos que en el futuro no vuelva a haber impedimentos para subirnos a los escenarios, que son la forma en la que nosotros sentimos que realmente se pueden vivir los conciertos.

Siguiendo en esta línea, en términos generales, ¿cómo veis la situación del sector de la cultura ante las limitaciones de la nueva normalidad? ¿Creéis que es momento de reinventarse y salir adelante o pensáis que el futuro es un tanto desesperanzador y va a ocasionar daños irreversibles para los artistas?
Es indiscutible que el futuro a corto plazo va a verse muy mermado a nivel de oferta artística. Sin ir más lejos, hemos visto aplazarse la gira de Extremoduro, para la que se habían batido récords de entradas vendidas en España. Sin embargo, no concebimos una reinvención de la música en directo porque creemos que el formato que ya existe es el mejor. Hay momentos que no se viven igual viendo conciertos en vídeo, aunque sean en directo, que estando físicamente en el recinto: las primeras notas, las interacciones del artista con el público, no saber cuál será la siguiente canción… Y para poder dar pie a todos esos momentos en un escenario propicio, es necesario congregar a muchas personas en el mismo lugar. Por ello, esperamos que en un medio plazo la nueva normalidad se parezca a la normalidad clásica y todo vuelva a su estado natural.

Ya cambiando de tema, hoy es el día internacional del rock. ¿Nos podríais decir cuáles han sido vuestras mayores influencias en este género musical y por qué? ¿Tenéis pensado celebrarlo de alguna forma o hacer algún homenaje dentro de lo posible?
Nuestras mayores influencias son Extremoduro, Marea y Rosendo, seguidos por una larga lista de preferencias personales de cada uno de nosotros. Es difícil decir por qué son ellos los principales, porque la música es algo que trasciende a cuestiones técnicas. Claro que han hecho muy buenas canciones con muy buenas letras, pero hay algo más a lo que es complicado ponerle nombre, y es eso lo que les ha convertido en lo que son. Por otro lado, respecto al Día Internacional del Rock, ni sabíamos que existiera, pero nos gusta que reciba un reconocimiento especial esa música que para nosotros vale tanto. Esperamos que sea un día que se aproveche para reivindicar a quienes, como nosotros, intentan seguir aportando a esa música. Seguro que en muchas radios sonarán AC/DC, Guns N’ Roses y los de siempre, pero el género no lo mantienen vivo los del pasado, sino los del presente, y para nosotros merecen agradecimiento las emisoras que se acuerdan de los nuevos y les conceden parte de su cuota.

Sabemos que habéis compartido escenario con grupos de la talla de Reincidentes o Sôber… ¿Pero con qué banda mítica del género os gustaría u os hubiese gustado colaborar? ¿Os decantaríais por artistas nacionales o pasaríais directamente a la liga internacional?
Antes hemos mencionado a nuestros grandes referentes, así que es bastante fácil adivinar con quiénes querríamos tocar. Pocos artistas internacionales tienen para nosotros el peso y la repercusión de los que realmente nos gustan. Eso sí, se nos echa el tiempo encima. Rosendo se ha retirado y la gira de despedida de Extremoduro ya está sobre la mesa, así que se nos complica la posibilidad de tocar con ellos. Con Marea… quién sabe.

Y ya para terminar… ¿El mundo del rock es tan «sexo, drogas y rock and roll» como lo pintan? ¿Nos podéis contar alguna experiencia rocambolesca que todavía os cueste creer haber vivido?
La realidad que conocemos del mundo del rock tiene muchos más momentos de esfuerzo que de farra, sobre todo para nosotros, que somos gente tranquila. Aun así, sacar adelante una banda de rock es, de entre todos los esfuerzos, el que más apetece y más merece la pena. Dicho esto, nadie nos puede quitar ese rato de después del concierto en que el trabajo ya está terminado y podemos dedicarnos a conocer a la gente que nos haya estado viendo. Pero hay tanto de lo que sale de ahí que no se puede contar…

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