La felicidad en el puesto de trabajo forma parte de las características que definen al bienestar laboral; junto a las relaciones positivas, el compromiso, el propósito y el éxito.
El bienestar no es lo mismo que la felicidad, y aunque a menudo se suelen utilizar de forma intercambiable, las diferencias entre ambos conceptos son notorias. Aplicada al ámbito laboral, la felicidad (reír con los compañeros de trabajo o disfrutar de una fiesta antes de las vacaciones, por ejemplo) no dice nada sobre cómo de comprometidos están los empleados con la compañía, o sobre cómo están contribuyendo en la consecución de los objetivos de la empresa. La felicidad está mucho más centrada en el corto plazo, siendo un sentimiento muy volátil, capaz de cambiar rápidamente.
Tal y como explica el fundador de la consultora tecnológica especializada en bienestar laboral APFtech, Xavi Escales, «un empleado puede sentirse muy feliz temporalmente por un aumento del sueldo, pero después recordar que su trabajo no le llena y volver a sentirse infeliz y desmotivado«.
Paralelamente, el bienestar analiza todas las áreas de la vida de un empleado, tanto dentro como fuera de la oficina, para medir la capacidad de esa persona de gestionar el estrés, ser productivo en su entorno laboral, contribuir en la sociedad y sentirse realizado y satisfecho acorde con su potencial. En este sentido, una de las principales diferencias con la felicidad es el marco temporal, ya que el bienestar trabaja más a medio-largo plazo, y se correlaciona de forma más adecuada a las variables que afectan a la productividad, el absentismo, las bajas médicas, los fallos laborales, etc.
Eso no significa que la felicidad en el trabajo y el bienestar laboral no trabajen juntos; todo lo contrario, la felicidad forma parte del bienestar, y es uno de los factores que determinan el nivel de bienestar. Siendo así, estos ejes son: las emociones positivas, las relaciones positivas, el compromiso (en distintos ámbitos, como la familia, el trabajo o las causas sociales), el propósito (entender el sentido y motivación de tus acciones y estar de acuerdo con ellos) y el éxito (la ambición y la consecución de metas y objetivos personales).
La medición objetiva del bienestar laboral
Las ventajas de promover el bienestar laboral entre los trabajadores es algo de lo que cada vez más empresas se han dado cuenta. En este sentido, es esencial que las compañías emprendan acciones que trabajen en base a las particularidades de cada persona. En respuesta a esta necesidad, el bienestar laboral ha evolucionado con soluciones innovadoras que permiten analizar el bienestar de las personas de una forma más precisa y eficaz, a través de la inteligencia artificial.
Entre las tecnologías más destacadas se encuentran los wearables, dispositivos personales que monitorizan distintas variables biométricas, como la frecuencia cardíaca, temperatura corporal, cadencia respiratoria, etc., permitiendo un análisis objetivo del bienestar. «La medición objetiva y la interpretación de las variables que afectan al bienestar de las personas son fundamentales para poder tomar decisiones que sean realmente útiles, tanto para cuidar el bienestar de la plantilla, como para alcanzar los objetivos de las empresas«, explica Xavi Escales.