Un atragantamiento es algo mucho más habitual de lo que pensamos, y la asfixia por este motivo sigue siendo una de las principales causas de muerte accidental y morbilidad en todo el mundo
Cuando se produce un atragantamiento, ya sea por comida o por otro objeto extraño, normalmente nuestro cuerpo reacciona tosiendo. Mediante la tos, casi siempre se consigue la expulsión inmediata sin que sean necesarias más maniobras. Sin embargo, a veces la situación se agrava y hay riesgo de muerte por asfixia en solamente unos minutos por lo que hay que actuar siempre con rapidez.
La obstrucción puede ser parcial, si el aire sigue llegando a los pulmones, o total. En este caso, en el que la obstrucción impide totalmente el paso del aire, la muerte cerebral comienza en el minuto 4, por lo que una rápida intervención es fundamental para evitar un fatal desenlace.
¿Qué hay que hacer ante un caso de atragantamiento?
Si la víctima es capaz de toser hay que animarle a hacerlo, ya que la tos es el mecanismo de defensa más efectivo para liberar la obstrucción. Es importante no dar palmadas en la espalda mientras tose, ya que podríamos provocar que el objeto que está produciendo la obstrucción se desplace aún más adentro en la vía aérea.
En caso de que el objeto esté provocando una obstrucción completa o la tos no sea efectiva, además de avisar a los servicios médicos, se inclinará a la persona hacia adelante para facilitar que el objeto que se intenta desalojar vaya hacia la boca, se darán 5 golpes secos en la espalda, entre las escápulas, con el talón de la mano.
Si no conseguimos el objetivo, comenzaríamos a aplicar la maniobra de Heimilich (compresiones abdominales) que repetiremos también hasta cinco veces. En caso de pérdida de conocimiento el protocolo indica el inicio de RCP (reanimación cardiopulmonar).