La escritora Alejandra Parejo ha publicado este 9 de febrero su segunda novela «Una madre» y ha contado a Diario de Calvià sus motivaciones, inquietudes y curiosidades relacionadas con su segundo trabajo.
«Una madre» es la segunda novela de Alejandra Parejo, que el pasado 9 de febrero vio la luz casi 4 años después de su primer trabajo «Una familia normal». Diario de Calvià ha querido dar voz a este segundo lanzamiento, así como otras veces ha conversado con la escritora.
Alejandra, una joven escritora con raíces en el municipio de Calvià, presentará su segundo libro este jueves 16 de febrero a las 19h en Rata Corner. La autora de «Una madre» conversará con la periodista Claudia Albons en un espacio abierto para todos los públicos.
Antes de esta cita, Diario de Calvià ha querido hablar con ella y hacerle unas preguntas sobre su segundo trabajo.
¿Qué te motivó a tomar el paso de escribir una segunda novela?
La motivación de escribir una novela es algo con lo que convivo, que forma parte de mí. No siempre con la misma intensidad, pero sí está presente en mi día a día. Supongo que observo la vida desde esta perspectiva con la intención de contar lo que me importa de una manera o de otra. Desde que terminé la primera novela sabía que quería ponerme con la siguiente, pero sucedió cuando tuve algo que contar.
¿Cuál ha sido tu inspiración para este segundo libro?
La idea de esta novela surgió un día hablando con un amigo. Comentábamos la importancia que tienen los cuidados que rodean a la familia, en todos los sentidos, el compromiso y la responsabilidad que tenemos como hijos de acompañar a nuestros padres en la etapa de la vejez. Mientras lo hablábamos me pregunté qué pasaría si no me hubieran cuidado mis padres como lo han hecho, si, en ese caso, tendría la generosidad de cuidar de ellos. No tenía una respuesta concreta, por eso empecé a escribir la historia de Bruna.
¿Qué desafíos te has encontrado en «Una madre» respecto a tu primera publicación?
Cuando empecé a plantearme la novela pensaba mucho en que quería aislar a Bruna y a su madre para obligarlas, de alguna manera, a comunicarse aunque no quisieran. O no pudieran. Entre ellas ha habido una separación de muchos años y la incomunicación que tienen es tan inmensa que no quería que hubiera demasiados elementos que las pudieran distraer de lo importante: contarse la vida, compartir sus perspectivas de lo que pasó. El primer borrador era asfixiante, tuve que abrir, darle un poco de aire. Creo que eso fue el mayor desafío y a la vez lo que más me ha hecho disfrutar.
¿Cómo te has desarrollado como escritora desde que publicaste tu primera novela hasta ahora?
Cuando salió «Una familia normal», mi primera novela, empecé un Máster de Narrativa en La Escuela de Escritores, donde ahora doy clases de escritura creativa. Estudiar allí me ha ayudado a investigar otros lugares en la literatura, a ampliar mis lecturas o a conocer referencias nuevas. Durante estos años y con esta novela también he aprendido a entender mi proceso creativo. Comprender que el trabajo empieza mucho antes de sentarme a escribir es algo que me ha aliviado bastante.
Entendemos que una escritora nunca para de escribir. Si quieren conocer más de Alejandra Parejo, ¿dónde te pueden leer?
Por ahora escribo una newsletter en Substack, aunque todavía no he logrado ser demasiado constante con ello, pero pretendo serlo. Y ahora en mi segunda novela, Una madre, que ya está a la venta.
«Una madre»: un retrato certero de las sombras de la maternidad
Bruna recibe una llamada del hospital en relación con su madre, aquejada de trastorno bipolar, veintinueve años después de que esta la abandonara. Esto provoca que deje la vida que ha construido en París ahora que ella misma acaba de tener un hijo y se adentre en el lugar donde nació: un pueblo turolense donde lo rural, el silencio y la incomunicación muestran el lado más duro de la relación entre una madre y una hija que no se conocen.
De repente con dos personas a su cargo, Bruna se enfrenta a momentos de soledad y desamparo en los que siente que no está a la altura ni como madre ni como hija. Las dudas y los fantasmas del pasado la perseguirán por todos los rincones de una casa que no considera su hogar y de un pueblo aislado que puede resultar su condena o su salvación.
