El aforo ya está completo, pero la intención del Ajuntament es repetir estas jornadas, que se realizan en la barca de vela latina La Balear
El área de Medi Ambient del Ajuntament de Calvià ha organizado unas jornadas para residentes del municipio con el objetivo de descubrir la biodiversidad y el paisaje de las reservas marinas de Malgrats y El Toron. Las visitas se harán en barco, y se navegará con la Balear, una barca de bou con vela latina que data del año 1924, propiedad del Consell de Mallorca. La acogida ha sido tan buena que el aforo ya está completo para los cinco días previstos en estas convocatoria a tan solo 2 días de publicitarse en redes sociales.
Las salidas, que se efectuarán desde Port Adriano, se realizarán los días 17, 18, 21, 22 y 23 de septiembre en dos turnos: el primero de 09:30 a 11:30 horas y el segundo de 12:00 a 14:00 horas. La actividad será disfrutada por un total de 80 personas residentes en Calvià (8 por cada turno) que conocerán un poco más la biodiversidad marina del municipio.
Desde el Ajuntament de Calvià explican que la intención es hacer estas salidas divulgativas al menos una vez al año. La dificultad reside en tener acceso a la embarcación, que al ser de titularidad pública está reservada de manera recurrente para salidas en otros municipios o cursos.
La Balear
Según explica la la Real Fundación Hispania de Barcos de Época en su web, la Balear es un antiguo pesquero de arrastre (barca de bou) construido en las atarazanas de los hermanos Ballester de Palma en el año 1924. La embarcación fue concebida inicialmente para navegar exclusivamente a vela y mantenía las líneas del buque propias de la escuela mallorquina de “mestres d’aixa” famosa por la calidad de su construcción artesana. A pesar de que al poco tiempo de su botadura fue modificada para albergar un motor de explosión, el resto de su casco se mantuvo fiel a las formas tradicionales y veleras más propias del siglo XIX que del XX.
La Balear, después de 75 años de duro trabajo en el mar, se veía abocada a la desaparición al solicitar su último propietario acogerse a los incentivos económicos fomentados por la Unión Europea para reducir el número de embarcaciones dedicadas a la pesca en nuestro país y para salvarla se realizó una campaña impulsada por la Associació d’Amics del Museu Marítim de Mallorca que posibilitó que el Consell de Mallorca la declarara Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento en el año 1998. Una vez protegida la embarcación, el anterior propietario la donó al Consell de Mallorca y se inició el proceso para buscar el proyecto más adecuado para realizar la restauración.