Dos mociones enfrentadas terminaron en el pleno de Calvià con la voz sentenciosa del alcalde, Manuel Onieva, zanjando el asunto como un “pacto de partido: a ustedes les obliga su partido a denegar y a nosotros el nuestro a aprobar, pero es una discusión que no tiene que ver ni con este Pleno ni con el municipio de Calvià, es una cuestión que debe debatirse en el Parlamento”.
Todo en referencia a la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, LOREG, la reforma que promueve la elección directa del alcalde como cabeza de lista más votada. Mientras el partido socialista la tildaba de “oportunista y prepotente y emitida ante el miedo del PP a perder alcaldías”, a través de su portavoz, Alfonso Rodríguez, Cristina Tugores como portavoz popular defendía “la designación automática como alcalde del cabeza de lista de la candidatura más votada, como en Francia y Portugal”, ya que una suma de minorías no representa a una mayoría.
A vueltas con la reforma
El socialista propuso una segunda vuelta para elegir el alcalde, listas abiertas y reforzar el poder del Pleno. Rodríguez adujo que “a estas alturas del partido, en el minuto 80 y cuando faltan ocho meses para las elecciones, no se pueden cambiar las reglas. Si se ha dicho ‘prórroga y penaltis’ se debe mantener hasta el final. Esto es un globo sonda y no es momento de hacer cambios, sino de buscar el consenso. Tanto el fondo como la forma son muy importantes”.
Por su parte, Cristina Torres rebatió que “estamos dentro del período del curso político de cuatro años, no podemos dejar de trabajar porque las elecciones estén a la vuelta de ocho meses y por lo tanto se pueden hacer modificaciones. Según la Constitución. ‘los alcaldes serán elegidos por los concejales o los vecinos y siempre se ha previsto contemplar esta reforma, donde se designe automáticamente como alcalde al cabeza de lista más votada”.
Cumplidos los turnos, Onieva zanjó la cuestión porque “ni ayuda a Calvià ni éste es lugar de debate para leyes que corresponden al Parlamento”.
Texto: Blanca Garau.