Se han modificado los requisitos para adaptarlos a los efectos de la pandemia, pero la mayoría de beneficiarios han recibido la máxima aportación posible
El conseller de Educación y Formación Profesional, Martí March, ha explicado hoy en sede parlamentaria que este curso se ha hecho un esfuerzo especial para hacer llegar las ayudas de comedor al máximo de familias posible. De hecho, ha explicado que este año se ha multiplicado por siete tanto el presupuesto como el número de beneficiarios en comparación con la convocatoria de 2015, que era la que se encontró el actual equipo al hacerse cargo de la Consellería de Educación y Formación Profesional.
En concreto, las ayudas de comedor el curso 2014/15 tenían una dotación de 900 mil euros y solo se daban al alumnado de la pública. Se llegó a 1.433 alumnos.
Este curso 2020/21, las ayudas han contado con una dotación de 7 millones de euros, se dan al alumnado de la pública, de la concertada y de 0-3 y han llegado a 7.539 usuarios.
Y, además, para ayudar a las familias afectadas por la COVID, se han modificado los criterios de las ayudas y se han abierto a familias que durante el 2020 han estado en ERTE, en el paro, sin prestación, con renta mínima u otras situaciones de vulnerabilidad debido a la pandemia.
El incremento de la dotación ha permitido que este curso, por primera vez, todas las familias con los requisitos para recibir ayudas de comedor las hayan recibido y la mayoría de usuarios han recibido la máxima aportación posible. Aun así, del total de 7 millones se han otorgado finalmente 5 millones, 1.5 más que el curso 2019/20 en el que se destinaron a ayudas de comedor 3.5 millones y se llegó a 6.238 beneficiarios.
Apoyo extra para paliar los efectos de la COVID-19
La necesidad de garantizar el servicio de comedor durante el curso escolar y ampliar las becas para llegar al máximo de alumnado vulnerable ha sido una prioridad para el Govern de las Illes Balears en un momento complicado como el que se está viviendo debido a la pandemia. Ya durante el confinamiento se mantuvieron las ayudas a las familias beneficiarias a través de tarjetas prepago, por una inversión total de 2.150.370 euros.
Pero también se indemnizó a las empresas que se encargan del servicio de comedor, ante la suspensión de sus actividades con motivo de la declaración del Estado de Alarma con una inversión de 600 mil euros.
Además, el curso 2020/21 se ha invertido un total de 1.240.000 euros para garantizar que los centros puedan contar con monitores de comedor adicionales y, además, compensar la bajada del número de comensales. De este modo se intenta garantizar el servicio de comedor.
Por otro lado, este año se ha hecho necesario incorporar criterios que contemplen la situación de las familias en el momento de la convocatoria y, por tanto, se ha propuesto un baremo que pueda dar respuesta a las situaciones de vulnerabilidad de manera fiable.
Así, mientras en las convocatorias pasadas se tenía en cuenta la renta del año anterior al de la solicitud de la beca, este año se ha podido optar por esta vía o por una nueva: acreditar una situación laboral transitoria como única fuente de ingresos en el momento de la solicitud, puesto que hay familias que tienen una renta de 2019 que no sería beneficiaria de ayudas, pero que con motivo de la pandemia son beneficiarios de la prestación extraordinaria para autónomos por la Covid-19 o se trata de unidades familiares con el subsidio de desocupación o con ayudas por situaciones laborales extraordinarias derivadas de la Covid-19.
Por otro lado, también se ha previsto que si por circunstancias sobrevenidas se suspenden las clases y/o el servicio de comedor, el centro tiene que transferir la cuantía diaria pertinente de los días de suspensión del servicio a la cuenta bancaria facilitada por la familia.