La presidenta ha participado en la ponencia de estudio sobre la insularidad y la situación periférica de las ciudades de Ceuta y Melilla
La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha participado este viernes en la ponencia de estudio sobre la insularidad y la situación periférica de las ciudades de Ceuta y Melilla, en el Palacio del Senado. Durante su intervención, Armengol ha reclamado que tanto el Estado como la Unión Europea entiendan, compensen y valoren en todas sus políticas las desventajas y los déficits marcados por el hecho insular desde hace décadas y que ahora se han agravado con la pandemia de la COVID-19.
«La realidad con la que convivimos las sociedades insulares es compleja, y su abordaje desde las instituciones estatales y europeas ha estado marcado demasiadas veces por la incomprensión», ha empezado la presidenta. En este sentido, ha recordado la «imagen distorsionada» que se tiene a menudo de las Illes Balears, asociada al éxito económico ligado a los momentos de mayor exposición y atracción, y que olvida otras facetas vinculadas al hecho insular, como tener un entorno más frágil y vulnerable, las dificultades logísticas que dañan las industrias, el impacto demográfico sobre el territorio o la multiplicación de la inversión pública en cada una de las islas a causa de la dispersión territorial.
Del mismo modo, ha expuesto las carencias del Estado para corregir este déficit estructural. En concreto, Armengol ha remarcado que la financiación del Estado hacia las Illes Balears ha sido y es insuficiente. «Somos de los que más aportamos, pero continuamos sin recibir fondos para garantizar un nivel de prestaciones como el que tienen otros territorios del Estado», ha expuesto. En esta línea, ha explicado que en la última década las Illes Balears han sido la comunidad que más ha incrementado los recursos destinados a la sanidad, la educación y los servicios sociales. Si bien el incremento presupuestario ha sido del 24,8 %, «solo nos ha permitido alcanzar por primera vez la media estatal de gasto por habitante», después de años estando a la cola de las inversiones. «Continuamos siendo una de las comunidades más perjudicadas por el sistema. Hemos realizado el mayor esfuerzo de gestión, compatibilizado con la mayor generosidad del mapa autonómico, únicamente para llegar a lo que el resto tienen desde hace décadas», ha apuntado.
En la misma línea, Armengol ha asegurado que la media de gasto por habitante no compensa las dificultades que el hecho insular añade a la correcta dotación de los servicios públicos de las Illes Balears. «Sufrimos una dispersión de la población en cuatro islas que nos obliga a multiplicar por cuatro los servicios públicos», ha matizado, y ha añadido que el modelo económico, condicionado por el turismo, aumenta a la vez la presión de la población residente en las islas y la de quien nos visita. «Esta combinación de impacto enorme sobre los servicios públicos, sobre los presupuestos autonómicos y sobre el día a día de los ciudadanos no está prevista en el modelo de financiación», ha subrayado.
Uno de los otros puntos que Armengol ha reclamado hoy en el Senado ha sido el de una mayor autonomía fiscal para gestionar los recursos generados en las Illes Balears, así como la aplicación de un criterio de ordinalidad «que impida desequilibrios flagrantes» en el sistema de financiación. Además, también ha reivindicado la condonación de parte de la deuda de las Illes Balears con el Estado, que se ha generado para compensar el déficit estructural de las aportaciones del sistema de financiación.
Factor de insularidad
La presidenta Armengol ha pedido también que se desarrolle el factor de insularidad que recoge el Régimen Especial de las Illes Balears (REIB) y que no se ha incluido en los presupuestos generales del Estado de este año, lo que ha hecho que las islas queden por debajo de la media de inversión.
En este mismo sentido, ha reclamado al Gobierno español y a todos los partidos con representación en el Congreso y en el Senado que completen el REIB con el régimen fiscal, aprobado como anteproyecto de ley por el Gobierno central pero que todavía no se ha tramitado. «La tramitación no puede esperar más. Estas herramientas fiscales, valoradas en más de 270 millones de euros al año, permitirán a nuestras empresas recuperar parte de la competitividad que la insularidad les quita y compensar parte de los sobrecostes que implican la logística y la producción insular», ha resaltado.
Medidas de corrección de la insularidad
«No es casualidad que las dos economías más afectadas por el coronavirus sean las de los dos archipiélagos. Somos las sociedades que más dependen de la movilidad y del sector del transporte. Somos las economías más ligadas al turismo. Tenemos los modelos menos diversificados», ha destacado Armengol durante su intervención.
Por este motivo, ha reivindicado que las Balears exijan a Europa medidas de corrección de la insularidad, como las que ya se aplican en otros territorios ultraperiféricos, puesto que «la discontinuidad territorial es igualmente problemática tanto si el continente está a mil quilómetros como sí está a 200». Armengol ha celebrado los avances en la flexibilización de las limitaciones del decreto de minimis, que permitirán elevar la competitividad de las Illes Balears. También ha insistido y ha planteado al Estado que el hecho insular y la especial urgencia de cara a la reactivación que hay en las Illes Balears se tenga en cuenta en los programas y las políticas palanca que distribuirán los fondos europeos.
En la misma línea, Armengol ha reclamado que a corto plazo se refuercen las medidas de protección, de estímulo y de reactivación del sector turístico, mediante ayudas directas, medidas fiscales y programas de inversión capaces de elevar la sostenibilidad y la competitividad del conjunto del sector. También ha pedido que el Estado proporcione apoyo y ayudas directas al resto de sectores «que se ven dramáticamente afectados por las restricciones imprescindibles para frenar el virus».
De hecho, Armengol ha expuesto que los fondos europeos de recuperación son una oportunidad perfecta para transformar el modelo económico, aprovechando la ocasión para apoyar a la implantación y la aceleración de nuevos sectores ligados al conocimiento, la tecnología, la sostenibilidad, las energías limpias y la cultura, con acciones transformadoras que requieren grandes inversiones.
Durante su intervención, la presidenta ha agradecido a todos los senadores de la ponencia su tarea y el tono constructivo de sus intervenciones, de forma muy especial a los senadores baleares, Vicent Marí Bosó, Vicenç Vidal y Cosme Bonet. También ha agradecido la celebración en el Senado, cámara de representación territorial, de la ponencia para tratar sobre la insularidad.