Una lectora que dice vivir en un edificio que da a la playa de Portals, frente a la isla de Portals Nous, nos ha enviado un correo con unas imágenes y un texto en el que se queja de la invasión de hamacas y sombrillas que está sufriendo la playa. Empieza aclarando que «a la playa a la que hago referencia se accede en coche por el Passatje del Mar (calle sin salida)», y continúa asegurando que se dirije a Diariodecalvia.com “de acuerdo con mas de 34 vecinos que somos (en realidad hay muchas más quejas, pero estas 34 personas son las que conozco personalmente), referente al cambio que hubo en esta playa hace 2 años”.
La queja, según asegura la vecina de Portals, es a la gestión del chiringuito que se encuentra en la misma playa, “justo debajo del restaurante Lila”, puntualiza.
Según la lectora “este chiringuito gestiona las 200 hamacas que se alquilan en esta playa, ocupando de esta manera más de la mitad de la superficie total de la playa. Supuestamente, no se tenían que poner más de 200 hamacas, ya que esta playa se llena mucho de gente desde las mañanas y la gente queda muy apretada”. Continúa, “esta situación provoca CADA DIA discusiones fuertes entre la gente que está intentando hacerse hueco en la playa y los inquilinos de las hamacas, que no quieren compartir un espacio que tuvieron que pagar”.
“Este lunes, pudimos comprobar que el chiringuito está añadiendo, mínimo 10 hamacas, en la playa (me fui antes de que hubieran terminado de instalarlas, pero en estos momentos ya habían 10, ver fotos)”, los vecinos consideran que este hecho reduce más todavía el espacio libre para la gente que no quiere o no puede alquilar hamacas.
“Nos estamos preguntando cual es el objetivo de esta ampliación, ¿que mensaje nos quiere enviar el Ayuntamiento de Calvià autorizando hamacas suplementarias en una playa que ya está totalmente atascada de gente? ¿se va convertir en una playa privada?”. “A día de hoy”, continúa, “más de la mitad de esta playa esta privatizada, algo que no debería de ser así, ya que la costa pertenece a todo el mundo”.
“Además, este chiringuito pone música desde las 10 de la mañana hasta las 21 de la noche o 23 si tienen gente, imaginen la molestia para todos los vecinos del edificio Panorama Playa que se encuentra justo arriba de este chiringuito”.
La lectora dice no entender “porque el otro chiringuito “Roxy” (que se encuentra en la misma playa pero que pertenece a la iglesia) tiene que cerrar a las 22h. para no molestar a los vecinos”, y se pregunta ¿por qué no se aplican las mismas reglas? ¿Por qué el restaurante Lila (vecino del chiringuito) no está autorizado a poner música por las mismas razones y el otro está autorizado?.
El correo que nos ha remitido, finaliza: “por otra parte, muchos vecinos y yo misma hemos tenido en más de una ocasión “palabras” con la persona que parece ser el responsable de este chiringuito (un hombre de nacionalidad peruana, unos 40 
años…), con falta de educación en el momento de hablar con la gente. Es una persona muy bruta, muy poco amable, sin ningún tacto y que nunca aprendió las reglas básicas de un trabajo de cara al cliente, cuya primera regla es saber comunicarse con la gente sin faltar el respeto”.
“Es una pena ver que esta playa que era tan guapa hace unos años, se está convirtiendo en una playa de uso exclusivo para los clientes de los hoteles de alrededor, gestionada por gente mal educada y muy poca profesional, y que, por el hecho de estar trabajando ahí desde unos años, se piensa estar en terreno privado.
Lo siento mucho pero no es así, somos muchos a disfrutar de esta playa desde hace más de 15 años, y aunque sabemos muy bien el dinero que se está llevando el chiringuito (y el ayuntamiento), no dejaremos que este lugar precioso, propiedad de todos, se convierta en espacio con acceso limitado”.
