El Llar de Calvià tiene un nuevo proyecto para este año 2016. Se pretende introducir y aplicar el llamado modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP) en la gestión del centro residencial. Este nuevo modelo de gestión sitúa el foco en las capacidades y en las habilidades de la persona, siendo su intervención global y centrándose en planes de vida.
Es un proyecto que se fundamenta sobre todo en la calidad de vida, y en el cual las decisiones se comparten con usuarios, familia, amigos y profesionales. La idea es crear equipos de planificación centrados en la persona para resolver los problemas que vayan surgiendo. Responsabiliza e involucra a los que trabajan directamente para la toma de buenas decisiones. Acerca además a las personas contribuyendo a descubrir experiencias comunes.
Todo el personal del Llar de Calvià asiste a los primeros cursos de formación de Atención Centrada en la Persona, para que los objetivos de implementación de esta nueva forma de trabajar sean satisfactorios. Esta formación es el primer paso que hará posible el cambio de modelo en la gestión de la Llar.
En contraposición con el nuevo modelo de ACP que se quiere implantar, el modelo centrado en el servicio que se ha estado aplicando hasta ahora se basa en las carencias y en las necesidades, tiende a etiquetar, interviene en niveles más concretos (conductas deficitarias, alteradas, etc..), y además las decisiones dependen fundamentalmente de los profesionales. Es un modelo que distancia a las personas enfatizando sus diferencias, y delega las tareas en los que trabajan directamente.
El modelo de Atención Centrada en la Persona es un modelo profesionalizado que busca cuidar a las personas pero apoyando a que éstas puedan seguir teniendo el control de su entorno, de sus propios cuidados y de su vida cotidiana, desarrollando sus capacidades singulares contribuyendo a que se sientan lo mejor posible. Es un modelo profesionalizado que busca aumentar la calidad de la atención prestada desde dimensiones relacionadas con la calidad de vida.
La ACP orienta hacia una buena práctica, donde los profesionales de atención directa, además de proteger a las personas y de atender sus necesidades diversas, se convierten en empoderadores de las personas usuarias.