“Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar”. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que recorre Paula, despacito, pero con una constancia envidiable.
Paula es una preciosa niña de 11 años, una niña que enamora y con una evolución impresionante. Guapa, simpática, cariñosa y muy inteligente con una parálisis cerebral provocada por sufrimiento fetal y negligencia médica. Pero no se rinde, ni ella ni su familia. Paula ha conseguido caminar, empieza a hablar y escribe muy bien. Le gusta la misma música que a las niñas de su edad, le gusta la ropa divertida y de mayor quiere cumplir muchos sueños, incluso escribir un libro contando su historia. Como cualquier niña de su edad.
En sólo una semana la página de Facebook, ‘El camino de Paula’, ha recibido más de 1.300 ‘me gusta’, están consiguiendo colaboraciones para apoyar la rehabilitación de la niña a niveles increíbles y el video que hicieron Manu y Anna para contar la historia de Paula corre como la pólvora en YouTube (ver al final del texto). Más de 500 visualizaciones para ocho minutos que te parten el corazón y te lo vuelven a coser con hilo de colores. No se puede evitar una emoción, pero tampoco esconder una enorme sonrisa con todo lo que nos enseñan Paula y su madre Mari Carmen.
Escuchar ciertos detalles de la voz de una madre tan luchadora es algo tremendo: de cómo la desatendieron en el parto, de la poca sensibilidad de los ‘profesionales’ de la UCI de neonatos o del desengaño del viaje a Chile es muy duro, pero la entereza que demuestra Mari Carmen también te lleva al carácter de Paula y a la necesidad interior, personal, de hacer algo más.
Un festival benéfico
Esta familia de Marratxí ha tenido que superar muchas cosas, incluso ha tenido que cambiarse de casa para conseguir más espacio y más comodidades para que Paula pueda seguir trabajando en su propia independencia vital y diaria. Pero los sueldos de dos personas trabajadoras no dan para pagar unos tratamientos que cuestan un Potosí, por lo que Paula recibe sólo los que, económicamente, se pueden permitir.
La madre de Paula es amiga de la madre de Anna. Anna Picornell es una estudiante de Arte Dramático, una perfecta voz negra de puro jazz escondida en una joven de 19 años. Anna es un gorrión que se crece hasta el águila con toda la fuerza que te dan la vocación y las aptitudes, y se hace inmensa. Antes de andar ya apuntaba al escenario, a los 14 años ya estaba contratada por su voz y lleva actuando desde que pueda recordar. Y Anna es amiga de Manu desde el instituto.
Manu Rodríguez tiene 19 años, es estudiante de Marketing y Publicidad y un organizador nato de eventos. Con 17 años se empeñó en montar el primer Free Art Festival sin más ayuda que su juventud y sus ganas, y vaya si lo consiguió (eso y muchas otras cosas). Este verano se ha celebrado ya la tercera edición, con 12 grupos actuando, con doce horas de música en directo, con exposiciones de moda, escultura, pintura y muestra de todas las artes. Y después, de la mano de Anna, Manu conoció a Paula.
El resultado no podía ser otro: un Festival para Paula en la Sala Dante del Polígono de Can Valero para el próximo 20 de septiembre con dos opciones: una infantil entre las 17.30 y las 19.30 horas, con teatro musical y un mago, y otra para escuchar, entre otras, la voz de Anna, acompañada por la guitarra de Andreu, de 20.00 a 22 horas. La entrada-donativo son 10 euros, y habrá Fila 0 para los que quieran colaborar un poco más. Además podemos conseguir que la iniciativa sea más viral enviando ‘selffies’ haciendo un corazón con las manos.
¿Alguien sigue insistiendo en que ‘la juventud se pierde en los botellones poligoneros’?… Este Festival para Paula es otra manera (mucho mejor) de que los jóvenes (de todas las edades) se diviertan de noche en un polígono. Manu y Anna, muchos como ellos y en breve también Paula, cambian del todo las reglas del juego. Ellos son el verdadero mundo que a mí sí que me gustaría legar. O haber heredado. Nos vemos el 20 de septiembre.
Blanca Garau
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