Torrens: “El ambiente de las fiestas era inimaginable”

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El presidente de la Associació d’Amics i Veïns de Calvià Vila recuerda las fiestas de Sant Jaume como algo duro a la vez que mágico

 

Las fiestas de Sant Jaume son las más importantes en Calvià Vila. Siempre empiezan el 25 de julio y, durante una semana, se realizan numerosos actos en el pueblo. Sin embargo, debido al coronavirus, este año no se podrá llevar a cabo dicha celebración. De todas formas, aunque no se pueda vivir el evento en directo, siempre se puede hacer un viaje en el tiempo y revivir tiempos pasados con alegría.

Pere Torrens es el  presidente de la Associació d’Amics i Veïns de Calvià Vila, quien ha organizado las fiestas de Sant Jaume durante 21 años. Torrens asegura que en la asociación eran totalmente autónomos, lo organizaban y lo decidían todo sin ningún tipo de influencia, siempre buscando un programa que generara un punto de encuentro. Y lo conseguían, pues el presidente asegura que todo el pueblo participaba de una forma muy activa y que consiguieron lo imposible en Calvià.

De todas formas, Pere Torrens considera que la salud es lo primero y que es mejor dejar Sant Jaume para el año que viene. Aun así, guarda momentos imborrables en su memoria que se anima a compartir: el año en el que se pasaron dos días en la cocina del colegio limpiando y rellenando calamares para el sopar de veïns, las cenas en que todos se ponían a llenar vasos con el helado encargado en Can Nero de Andratx, las noches de karaoke en las que nadie tenía sueño y todos querían más… Nos remontamos años atrás con Torrens.

 

Como presidente de la Associació d’Amics i Veïns de Calvià Vila, ¿cuántos años has llevado las fiestas? ¿Por qué decidiste meterte en el «meollo»?

Nos constituimos como asociación en 1998 y creo que ya empezamos a organizar las fiestas el año 1999, hace 21 años. Hace unos cuatro años que ya no organizamos las fiestas de Sant Jaume, pero aún continuamos organizando otras fiestas como son Les Verges, Mercat Nadalenc y les Festes Nadalenques: todas ellas son financiadas por nuestra asociación. De hecho, algunas de las personas que inicialmente constituimos la asociación ya habíamos coincidido creando el APA de Ses Quarterades. Años después, nuestros hijos dejaron de ir al colegio para empezar en el instituto y, por lo tanto, nosotros también tuvimos que dejar el APA. En ese momento, al no existir asociación de vecinos, decidimos crearla para continuar con otro tipo de actividades. Al año siguiente ya organizamos la Cabalgata de Reyes.

¿Cómo organizabais las fiestas de Sant Jaume años atrás? ¿El departamento de Cultura del Ajuntament de Calvià llevaba la voz cantante o las colles y asociaciones de vecinos teníais un papel importante también?

Las fiestas fueron evolucionando rápidamente. Inicialmente eran unos días, pero poco después se fueron incrementando las actividades y solían durar alrededor de nueve días. Cada día había cosas: las tardes eran actividades infantiles y por la noche para adultos. Eso sí, desde el primer momento dejamos claro que nosotros (la asociación) éramos totalmente autónomos, lo organizábamos y lo decidíamos todo sin ningún tipo de injerencia y/o influencia y así ha sido siempre. La única labor del Ajuntament era facilitarnos los medios materiales para poder llevar a cabo las fiestas como mesas, sillas, equipos de música…

 

¿Qué ambiente se respiraba durante los días de las fiestas? ¿La gente se implicaba y se creaban vínculos entre los calvianers?

El ambiente de las fiestas era inimaginable. El pueblo participaba de una forma muy activa: los que tenían niños con las actividades infantiles y los mayores asistiendo por la tarde y noche a las actividades programadas. Des del primer momento supimos que teníamos que organizar un programa que generara un punto de encuentro, y lo conseguimos organizando y llevando el bar de las fiestas con unos precios muy económicos, pues de lo que se trataba era de que la gente se encontrara y disfrutara del momento. De esta forma conseguimos crear un gran ambiente. Es más, fueron los mismos vecinos los que nos animaron a organizar más fiestas para conseguir que la gente saliera de sus casas y nos encontrásemos todos durante unas horas. Así empezamos a organizar la fiesta de Sant Antoni, Sant Joan,  y las ya citadas anteriormente. Antes la gente se implicaba mucho… Cada uno dentro de sus posibilidades: unos asistiendo a las actividades (hecho muy importante para poder crear un clima de vecindad) y otros ya se integraron directamente, junto a sus hijos, en el equipo que organizaba y llevaba a cabo las fiestas.

¿Y solía venir mucha gente de otros pueblos así como también turistas o, por el contrario, no eran unas fiestas tan abiertas y famosas?

Teníamos unas actividades que congregaban a vecinos de otras localidades del municipio, por ejemplo: La Cloenda de s’Escola de Ball de Bot de Calvià que la organizaba la Asociación Cultural y Musical Pere Josep Cañellas, y en el mismo acto y lugar nosotros organizábamos el sopar de veïns en el que nuestra asociación preparaba un plato a un precio muy económico. Después de la  cena había un grupo de ball de bot, casi siempre Música Nostra. Acabábamos con helado y ensaïmada para todos los asistentes. Este día la Plaza Nueva estaba totalmente llena hasta el punto de colocar mesas y sillas en los rellanos de las escaleras. Por otro lado, el Bingo y el Karaoke también congregaban a muchos vecinos. En cuanto a la nit de foc, era la más internacional. No sé cómo se enteraban los extranjeros de dicha fiesta, pero cada año asistían más y más jóvenes. Incluso algunos nos preguntaban si el año que viene sería en la misma fecha. Las calles del pueblo estaban a rebosar de gente. La velada acababa con la discoteca y la noche de espuma.

¿Cuál era la actividad o evento que tenía más éxito dentro del programa?

Cada una tenía su público. No es lo mismo una noche de teatro que una nit jove con grupos de música específicos para los jóvenes, así como en nada se parecen unas olimpiades pageses, con los diversos grupos que participaban, con una noche de humor. Como digo, todas las actividades tenían su público, pero sin duda las que tenían mayor éxito eran las tres que citadas en la pregunta anterior: sopar de veïns, karaoke y nit de foc.

Y en tu caso particular… ¿cuál era tu actividad favorita?

Sinceramente, la del último día, fuera cual fuera. A partir de aquel momento se acababan los nervios, las prisas, los días interminables y volvía a la normalidad de mi vida.

¿Has echado de menos alguna cosa durante los últimos cuatro años que ya no habéis llevado las fiestas? ¿Ha habido cambios que te hayan gustado y/o disgustado?

A pesar de valorar el enorme esfuerzo y dedicación de las pocas personas que las organizan y dirigen, no es lo mismo unas fiestas que nacen a partir de gente del pueblo y para el pueblo, que unas fiestas organizadas por un ayuntamiento. Con ello no pretendo menospreciar a nadie, simplemente, no es lo mismo. Creo que, como soy parte interesada, no debo valorar las fiestas actuales. Esta valoración la tienen que hacer los vecinos de Calvià Vila.

Como bien sabrás, el coronavirus ha cambiado por completo la celebración del patrón de Calvià este año… ¿Qué sientes al pensar que no se llevará a cabo como hasta ahora? ¿Crees que el año que viene se podrá hacer y que el pueblo apostará por ello?

Es triste que un pueblo no pueda celebrar sus fiestas, pero más grave y triste resulta que se pueda enfermar por no guardar las medidas de seguridad cuando se va a una fiesta. Por lo tanto, como lo primero es la salud, mejor prevenirnos y dejar Sant Jaume para el año que viene. Confío que la pandemia haya finalizado o se haya encontrado una vacuna o medicina contra la misma y podamos volver a la normalidad. Y no digo la nueva normalidad, sino la de siempre, y con ella volver a disfrutar de las fiestas.

Ya para terminar… ¿nos podrías contar un recuerdo que hayas vivido durante las fiestas de Sant Jaume que nunca olvidarás?

Con cuarenta y pico de años que tenía en aquel entonces, fue la primera vez en mi vida que me pasé toda una noche sin irme a dormir. Esto fue cuando organizamos la primera Nit de Foc: cuando terminamos de recoger todo el material eran casi las cinco de la madrugada y con el grupo y los hijos nos fuimos a descansar (que no dormir) a Can Verger, porque dos horas después teníamos que tener organizado la despertá y el chocolate con ensaïmadas.

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