Tolo Deyà: «Lo que ha hecho Calvià en los últimos años a nivel turístico es el modelo a seguir: colaboración público-privada, inversiones reales…»

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Deyà propone apostar por un modelo que ofrezca experiencias al turista y ayudar a los hoteleros que han realizado inversiones para reconvertir el modelo turístico de Calvià hacia la sostenibilidad

Tolo Deyà (Palma, 1975) es analista turístico y ostenta el cargo de vicedecano en la Facultad de Turismo de la UIB. Deyà ha accedido a hablar con Diario de Calvià sobre el futuro turístico del municipio, en un contexto económico frágil y con la pandemia en el horizonte, donde la vacunación no está yendo al ritmo esperado y muchos agentes turísticos están al borde de la quiebra.

Calvià es un municipio eminentemente turístico, ¿cómo cree que será la temporada de 2021?

La palabra que mejor puede definir la situacicón actual es incertidumbre, que es la peor palabra para el sector turístico. El turismo siempre se ha basado en un contexto de confianza, pensando que todo va ir bien. Gracias a la confianza, los trabajadores hacen sus proyectos de vida, los turistas hacen reservas, los empresarios organizan reformas en los hoteles…. Por eso, la temporada 2021 viene con mucha incertidumbre. Ahora las reservas están casi a cero, y las pocas son de cancelación gratuita, de las que no te puedes fiar porque se pueden cancelar sin problema. Esto hace muy complicada la planificación. Creo que estaremos ante una temporada con muchas reservas de último momento, porque se estima que la temporada comience entre finales de junio y principios de julio. Hasta que no haya una situación de seguridad en los mercados emisores y en el país, es difícil prever nada y que las reservas empiecen.

 

¿Es sostenible en la nueva normalidad un turismo como el de Magaluf?

Si algo habíamos conseguido antes del coronavirus es que hubiera consenso en este tema: el de eliminarse un mercado cada vez menos presente.Y es algo que han apoyado administraciones y empresarios. En el caso de Calvià se había demostrado, en Magaluf se han efectuado inversiones reales en remodelación, destinadas a hacer un cambio de modelo, algo que supone una apuesta en firme por el cambio. Obviamente, un modelo como el de Magaluf no es sostenible en la situación actual, pero tampoco lo era antes. Por eso habíamos llegado a este consenso: este turismo no era sostenible, ni ético, ni bueno a nivel medioambiental o económico. No podemos apostar por un modelo de negocio así para nuestras Islas.

 

Todo el mundo habla de reconvertir el modelo. Reconvertirlo, sí, ¿pero hacia dónde?

El objetivo de cualquier modelo debería ser apostar por el valor añadido, por crear y ofrecer actividades que generen un alto valor añadido y bajo impacto. Los modelos de negocio que fomentan el turismo de lujo aportan más valor añadido, pero es importante desarrollar estrategias de negocio que ofrezcan ese valor más allá del lujo, para que puedan venir turistas de todo tipo.  En Calvià se ha desarrollado un cambio de modelo hacia este sistema, poco a poco. También es cierto que hay un turismo muy heterogéneo, hay muchas empresas diferentes con sus intereses y no es fácil cambiar de modelo en una industria tan heterogénea. Actualmente, este es un proceso que está parado por la situación que hemos vivido en 2020, pero debemos continuarlo, porque no hay marcha atrás.

 

Cuando habla de valor añadido, ¿a qué se refiere exactamente?

Hay que hacer que el sector turístico sea experiencial. Hay que ofrecer experiencias, incluso personalizadas. El turista quiere ser especial y vivir algo diferente a lo que está viviendo el turista de la habitación de al lado. En aquellos establecimientos que se han modernizado, se observa que lo que se intenta ofrecer es justamente eso. A pesar de que vayamos hacia allí, reconozco que es algo fácil de definir, pero difícil de implementar. En cualquier caso, esto es lo que tiene que hacer el sector turístico de Calvià, porque será un producto de éxito a largo plazo.

 

¿Cree que volveremos a las cifras de turismo de antes?

Las cifras nos pueden parecer insostenibles y desorbitadas, pero eran solo dos meses al año: julio y agosto. Los otros meses estamos de acuerdo en que no había ni congestión ni saturación. Y en cuanto a las cifras, creo que no tenemos que alcanzarlas igual que antes de nuevo, sino que tenemos que repensarlas. Este nuevo planteamiento pasa por un alargamiento de temporada, y por redistribuir a los turistas durante otros meses. Las cifras que manejábamos son necesarias porque el sector turístico se mueve por volumen: las compañías aéreas, los touroperadores, la hotelería… son sectores que trabajan con márgenes pequeños, y para subsistir necesitan altos volúmenes. Hay que pensar que a corto plazo no vamos a tener esos volúmenes, pero tampoco es real pensar que no volverán nunca. La pregunta es: ¿la gente va a dejar de querer venir ? Las ganas de viajar siguen existiendo. Quizá no a corto plazo, pero a medio plazo tendremos más ganas de viajar. La gente seguirá viajando igual, y tenemos que seguir dando respuesta a esa demanda.

 

Siempre se habla de aumentar la calidad de la oferta para subir precios y atraer otro tipo de turismo. En un contexto como el actual, con los hoteles en quiebra, ¿es compatible las infraestructuras que tenemos en muchos hoteles de Calvià con este tipo de turismo más de lujo?

Creo que hay que poner en valor las reformas de muchos establecimientos. El cambio de modelo hotelero es vertiginoso: hace unos años el segmento más importante era el de 3 estrellas, tanto en número de hoteles como en número de habitaciones, y ahora mismo es el de 4 estrellas y 4 estrellas superior. Esto se ha conseguido con fuertes inversiones, y obviamente, ahora estas empresas tienen tensiones financieras. Los hoteleros pensaban que en 2020 y 2021 iban a recuperar las inversiones, y no está siendo así. Por eso, el Govern tiene que tener un compromiso con el sector en general, pero sobre todo con las empresas que se han remodelado en particular. Hay que garantizar la pervivencia de estas empresas que han hecho un cambio y un esfuerzo, sino, ¿qué mensaje estaremos mandando?

 

¿Cuándo se recuperarán las cifras de antes? Hablábamos antes de de medio plazo…

Es muy difícil prever nada por la incertidumbre. Pero si compramos la idea de que la situación mejora, y las nuevas cepas no suponen riesgo para las vacunas, y estas siguen siendo efectivas… creo que este año recuperaremos un 35 o 40% del volumen precoronavirus, en 2022 alcanzaremos el 70 u 80% y en 2024 la situación estará totalmente adaptada. Importante destacar una cosa: hablamos de número de viajeros, pero no de cifras de negocio de 2019, ya que bajarán los precios. Los destinos competidores se están dando más prisa que nosotros en vacunar, y tenemos que ofrecer algo que ellos no ofrezcan. Los endeudamientos que tienen los hoteles harán que con tal de abrir, tengan que bajar precios para cubrir esos costes fijos. Ahí comenzaremos a retomar la senda de fidelización de los clientes.

 

¿Qué ejemplo tendríamos que seguir?

El mejor ejemplo que puede seguir Calvià es Calvià. Lo que ha hecho Calvià en los últimos años es el modelo a seguir: colaboración público-privada, inversiones reales, cambios de modelo… es lo que se tiene que hacer. Magaluf ha hecho un gran cambio estos últimos 5 años, aunque es cierto que no se puede cambiar de golpe, porque hay que ofrecer una alternativa de negocio. Lo que está claro es que en el municipio, durante los últimos años, se ha hecho reconversión de destino, y se ha demostrado que lo lo público y privado tienen que ir de la mano para que el modelo funcione

 

¿Qué opina de las declaraciones del secretario de Estado, Juan González-Barba, que dijo que el Gobierno no contempla dar prioridad en el reparto de vacunas a las comunidades más turísticas?

Son coletazos de un problema de raíz, que es que en España el turismo nunca ha importado, y los territorios insulares nunca han preocupado. No me parece ilógico que un secretario de Estado diga que se ha enterado de esta reivindicación al pisar la isla, sino que me da una idea de lo que saben de Baleares. Hay un desconocimiento absoluto de las problemáticas de las Islas. Antes nos iba tan bien que no pasaba nada si nadie nos ayudaba. Estamos a la cola en inversiones estatales, y las pocas que llegan son para puertos y aeropuertos, que son muy rentables. Estamos dejados del Gobierno Central. Si nunca ha habido un proyecto turístico a nivel de país, no podemos pretender que lo tengamos ahora, en la peor situación de la historia reciente.

 

¿Cuáles son los retos del turismo del futuro?

La sostenibilidad, es algo inapelable. No podemos seguir apostando por modelos de negocio obsoletos ni poco sostenibles. Además, tenemos que lograr que los residentes perciban el turismo como algo suyo. La gente tiene una percepción del turismo distorsionada, como que no tiene nada que ver con ellos. Hay que hacer una labor pedagógica, de un lado y del otro. El sector debe acercarse a la sociedad y al revés, porque ese distanciamiento es lo que provoca fenómenos como el de la turismofobia, que no benefician a nadie.

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