El Consell aprueba de manera definitiva el Pla d’Intervencions en Àmbits Turístics de Mallorca

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Peguera, Santa Ponça, Palmanova y Magaluf cuentan como zonas turísticas maduras y saturadas, para las que el Plan propone una batería de medidas para mejorar el espacio turístico

 

El Pleno del Consell de Mallorca que ha tenido lugar el jueves día 9 de julio ha aprobado, de forma definitiva, el Pla d’Intervencions en Àmbits Turístics de Mallorca (PIAT), con 17 votos a favor y 16 en contra. «Al fin podemos decir que ya tenemos una herramienta de ordenación territorial de la principal actividad económica de Mallorca. Genuina, jurídicamente robusta, coherente con el cambio de modelo que estamos impulsando y que apuesta por un turismo diversificado y de calidad», ha defendido la consellera de Territori, Maria Antònia Garcías, quien ha apuntado también que «en un territorio limitado como el nuestro, hacía falta poner orden a la actividad turística, regular con coherencia, contención y equilibrio desde una perspectiva global».

El Pla d’Intervencions en Àmbits Turístics es la herramienta que ordena y propone un modelo territorial turístico para Mallorca, basada en la contención, el equilibrio territorial, el paisaje y la sostenibilidad. Los objetivos principales del PIAT son contener el crecimiento de plazas turísticas definiendo un límite claro y consensuado, evitar la turistificación indiscriminada del territorio y preservar la identidad de los núcleos tradicionales.

El Plan ordena y propone un modelo territorial turístico en toda Mallorca, no sólo las zonas turísticas, y ofrece una visión territorial global de toda la isla. Define unos sistemas territoriales (10 sistemas) para los cuales, según sus características, propone una serie de dotaciones o de equipamientos. Dentro de cada uno de estos sistemas territoriales, se definen una serie de zonas, que pueden ser zonas turísticas, zonas residenciales y de suelo rústico.

Dentro de las zonas residenciales, define cuáles son de primera residencia y cuáles de segunda residencia, una subdefinición de zonas residenciales que permite alcanzar uno de los objetivos principales del Plan, que es evitar la turistificación, preservar la identidad y el equilibrio territorial en zonas históricamente destinadas a veraneo residencial.

El PIAT también define cuál es la capacidad máxima de alojamiento que puede asumir la isla y ordena el uso turístico. Reduce el límite máximo de plazas turísticas para Mallorca, que se fija en 430.000 plazas, repartidas en 2 bolsas: de estancias turísticas en viviendas (ETH) y de estancias en alojamiento turístico (EAT), siguiendo criterios de equilibrio territorial. Una vez agotado el periodo de suspensión de licencias, que acaba con la aprobación definitiva del Plan y mientras los ayuntamientos adaptan los planeamientos, se reduce la bolsa temporal de 43.000 a 32.000 plazas (22.000 para ETH y 10.000 para EAT) durante los cuatro años siguientes a la aprobación definitiva del Plan. Cabe destacar que, de estas 32.000 plazas de la bolsa, más de 18.000 ya se han consumido en los últimos dos años (desde la aprobación inicial del Plan).

Distribución de plazas

En relación con la distribución de plazas, el Plan define que el uso hotelero sólo se permite en las zonas turísticas, con excepciones; hoteles de ciudad en zonas residenciales, hoteles de interior en centros históricos de zonas residenciales y hoteles rurales y agroturismos en suelo rústico con una serie de condiciones que tienen que ayudar a preservar la función agrícola y a mantener el patrimonio.

Con la premisa de mejorar la calidad de los espacios turísticos de la isla, el Plan propone una batería de medidas para mejorar las zonas y los establecimientos turísticos de Mallorca, y define, dentro de las zonas turísticas, cuáles son las que necesitan una mayor intervención para mejorar el espacio turístico. De aquí la clasificación en zonas maduras (platja d’Alcúdia, Cala Rajada, Font de sa Cala y Can Picafort), saturadas (zonas con una densidad muy alta de plazas turísticas) y maduras y saturadas (Peguera, Santa Ponça, Palmanova, Magaluf, Platja de Palma y s’Arenal de Llucmajor, a las cuales el PIAT incorpora dos, que son Cales de Mallorca y Cala Millor/sa Coma).

En las zonas maduras y saturadas no se permite planificar nuevas plazas turísticas ni comercializar ETH, salvo la modalidad de ETH60 (sólo se pueden comercializar durante dos meses el año).

Por primera vez, se definen medidas de integración paisajística y se incluyen parámetros de sostenibilidad territorial, en una apuesta firme hacia la eficiencia energética, la gestión del agua y otras medidas destinadas a combatir el cambio climático.

La norma propone un turismo deportivo basado en rutas cicloturísticas y senderistas, y un turismo cultural que se decanta por centros de interpretación ligados a los sistemas territoriales. Se blinda la isla por lo que hace a los parques temáticos y se prohíben también las ampliaciones y construcciones de nuevos campos de gol.

El PIAT también da herramientas para que los ayuntamientos puedan hacer delimitaciones definitivas. Se mantiene la zonificación que había hasta ahora, hasta que los ayuntamientos se adapten al PIAT y a los criterios que propone.

El Pla d’Intervencions en Àmbits Turístics de Mallorca entrará en vigor al día siguiente de publicarse en el Boletín Oficial de las Islas Baleares.

 

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