El Babarians XV Calvià pierde en casa contra el Gótics RC en un partido equilibrado y competido

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Fue un partido muy duro donde cualquiera pudo ganar pero que finalmente cayó del lado del visitante, y que además así consiguió su primera victoria fuera de casa y superar al Babarians XV Calvià en la tabla de la competición a nivel nacional División de Honor B de la Federación de Rugby de España. En estos momentos Babarians XV Calviá se encuentra en 7ª posición y cuenta con 15 puntos.

 

Cuesta creer en este presente de Babarians XV Calvià, y la derrota por 18-22 no hace más que certificarlo. Caló hondo el tropiezo en el bunker de Son Caliú.

Ninguno quería perder y mirar desde abajo en la tabla a su rival. Las defensas prosperaron y los nervios, de a ratos, también. Gotics pegó primero. Fue tras una melé robada que comenzó a tener superioridad, su octavo se levantó por la izquierda y el capitán Jesús Pérez culminó ensayando.

Había que reaccionar y el que resucitó a la tropa fue Lucas Berardo, apoderándose de la salida, para demostrar que se podía. Se sucedieron un sinfín de fases, abundó la paciencia, y se observó lo que el staff seguramente quiere ver. Tres minutos de ataque sostenido para que sobrara por la derecha Tom Cormicán, uno de los guerreros silenciosos del XV.

Se aumentó en confianza ostensiblemente, ya que 5´ más tarde y luego de una corrida de Hicham, quedaron los contrarios en infracción en el retroceso. Palos sin dudarlo y el hoy centro Aragón que maquillaba el 8 a 5.

Tras una gran presión de Fede Castilla se recuperó un balón, y en la continuidad Martínez pitaba nuevamente a favor de los insulares. Esta vez fallaba Agustín en su envío, pero “babas” insistía en no regalar nada.

Sobrevino un muy fino pase hacia adelante de Facu Mateu cuando faltaban escasos metros para el try, y lamentablemente el conjunto azul seguía con vida.

La visita pudo meterse finalmente en la contienda, estando a 3 tantos solamente. Sobre los 26´ su apertura Ramón Díaz marró una patada a los postes después de un penal, y sobre los 32´ casi vulnera la meta isleña Eric Porta, cuando varios creyeron lo peor.
De esta forma, el trámite continuaba entretenido pero se concretaba poco de ambas partes. Allí llegó otro golpe transformado en 3 puntos por Aragón, que se originó en una touche robada en 22 yardas. Iban 36´.

No se pudo arribar al descanso con seis de ventaja, ya que 3´ más tarde volvería a ensayar el conjunto entrenado por Jordi Villalante, sin transformación por lo que las cosas finalizaban 11 a 10 a favor de los dueños de casa. 

Duró escaso tiempo la alegría en la segunda mitad, ya que en 4´ asestaría otra puñalada el contrincante. Para ello recurrió a su arma preferida, el maul, que fue un verdadero dolor de cabeza para los de camiseta gris. El trencito se derrumbó muy cerca del “ingoal”, pero lejos de protestar, su octavo Ignasi Carbonell levantó la ovalada rápidamente y se zambulló. Ramón Díaz sería exitoso en la patada, y la diferencia de 6 para los de Barcelona parecía algo holgada dentro de la paridad reinante.

Fue un envión psicológico que por suerte no tuvo peores consecuencias. A los 7´ y a los 10´ intentaron a los postes sendas penalizaciones y Díaz estuvo errático, dejando a los de Serrano, Aprea, Mateu y Olivares en partido.
Vio la amarilla Albert Vilajosana y después de mucho tocar la puerta, la marca registrada de la casa entre Crusco y El Idrysy encontró al picante ala bajo las haches, para facilitar la conversión de Agustín y pasar a ganar por la mínima en 18´.

Aunque no habría efecto negativo en los catalanes en esta oportunidad, ya que en instantes posteriores vulnerarían la meta mallorquina luego de varios scrums que derivaban en infracciones, y los locales se aferraban a la ventaja con uñas y dientes.

Hasta que Félix Wiedemann terminó entrando con lo justo y fue muy festejado. Quedaban arriba por cuatro.

Allí empezaron las intentonas del dueño de casa. Hubo una penalidad para quedar a 1 y se decidió ir por todo, sin poder obtener réditos. Sobrevinieron ataques algo desordenados, aunque sobrados de garra, pero tampoco dieron los frutos esperados. Se iba el tiempo y nadie quería retirarse derrotado en Son Caliú.

El pitazo final de Martínez culminaba de escribir el quinto traspié de los nuestros. Se está cerca del resto pero hay que seguir trabajando, es la única receta que vale.    

Esteban Chesta

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