Miles de cruceristas arriban a nuestras costas cada verano, por lo que el municipio de Calvià también ha decidido apostar por este tipo de turismo. La moción presentada por el Partido Popular contó con el beneplácito del pleno del equipo de gobierno, aunque Sí Se Puede Calvià decidió abstenerse recordando el impacto ambiental que estas grandes embarcaciones provocan en el Mediterráneo.
Calvià no cuenta con puertos comerciales, pero el Consistorio se comprometió a gestionar el aprovechamiento de esta corriente turística, concentrada sobre todo en el Puerto de Palma. Desde hace décadas, “el municipio ha sido una referencia como destino turístico, no solamente en el ámbito estatal sino que su posicionamiento como líder del sector ha traspasado fronteras, a día de hoy como una opción prioritaria en el mercado europeo e internacional”, según la moción.
Por ello se aceptó la vía de solicitar formalmente la participación calvianera en el Plan Estratégico para el desarrollo de Turismo de cruceros, Plan que el mes pasado acordaron poner en marcha, la APB, con la CLIA (Asociación Internacional de Líneas de Cruceros), y distintas Instituciones, entre ellas algunos municipios de Mallorca.
“Tenemos lo necesario para ser un municipio atractivo para los miles de cruceristas que llegan a Palma”, según el portavoz del PP, José Manuel Ruiz. El argumento lo enfatizó Carlos Tarancón, de Ciudadanos, subrayando que “diversificar el flujo de turistas ayudaría también a descongestionar el centro de Palma, situación que genera continuas quejas vecinales”. El portavoz de Esquerra Oberta, Alfonso Rodríguez Sánchez, dudó de la oferta que tiene el municipio para este tipo de turismo, mientras el teniente de alcalde Turismo, Antonio García Moles (PSOE), se comprometió a impulsar este mercado.
“El turismo de crucero factura en nuestra comunidad 290 millones de euros, genera 3.000 empleos, todo con la visita de más de 2 millones de visitantes repartidos en 790 escalas. Esos son datos sobre los que se trabajó durante la reunión que mantuvo el sector con la Cámara de Comercio y distintas instituciones como el Govern Balear, y ayuntamientos como el de Palma, Alcudia, Maó e Ibiza, y del que no participó Calvià, a pesar de ser el principal municipio turístico de Balears”, según la moción.
Así, se define el turismo de cruceros como otra de las herramientas para la desestacionalización y para atraer a paseantes de mayor poder adquisitivo que buscan, además de conocer la isla, encontrar nuevos puntos de compra, lo que amplía el nicho de negocio.
Una información de Blanca Garau.