‘Androids in the woods’ arroja luz al oscuro contexto de las redes sociales

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El fotógrafo calvianer Toni Amengual expone este ensayo fotográfico en el Ajuntament de Calvià hasta el próximo mes de enero

El calvianer Toni Amengual expone desde este viernes hasta el próximo 8 de enero su ensayo fotográfico Androids in the woods, el proyecto ganador del Premio Mallorca de Fotografía Contemporánea 2018, en el Ajuntament de Calvià. Un trabajo que surge como resultado de pasar el mes de diciembre de 2017 en Haukijärvi (Finlandia), gracias a una residencia artística obtenida por vía del Institut d’Estudis Baleàrics. Dicha residencia le permitió estar en un entorno alejado de los centros urbanos y, a su vez, explorar la aplicación de citas Tinder como forma de comunicación. “Realmente, no es que me preocupe la manera en que las redes sociales han cambiado la forma de relacionarse de los seres humanos, sino que la idea del proyecto surge de juntar dos factores que me parecen interesantes: estar en un contexto aislado en un país que es famoso por el frío tanto ambiental como personal y usar las redes como herramienta que nos permite tener acceso directo a la intimidad de las personas” explica Amengual.

Por consiguiente, elegir Finlandia como escenario para desarrollar el ensayo no fue casualidad. Y no solo por el entorno y el clima frío, sino también porque el fotógrafo tiene una relación bastante íntima con este país ya que, cuando estudiaba biología, el Ajuntament de Calvià le dió una beca para ir un verano a trabajar a un parque natural de allí. “Por el paisaje, por la forma de vida y por la gente me pareció un sitio increíble, me gusta visitarlo de vez en cuando para desconectar. Me encanta cómo se trata a la naturaleza” señala Amengual. De hecho, se alegra de poder exponer este proyecto en su municipio, puesto que le da la sensación de cerrar un círculo: “Calvià es el lugar donde he nacido y me he criado y fue gracias a la beca del Ajuntament que nació mi conexión con Finlandia. Poder exponer este ensayo hecho a miles de kilómetros de distancia de aquí y devolverle mi experiencia a través de mi trabajo me parece algo muy bonito”.

En cualquier caso, el año 2017, el artista se encontraba en un momento vital en el que necesitaba coger distancia de muchas cosas y alejarse de su contexto habitual para concentrarse en su trabajo: “Creo que el frío y la oscuridad son estimulantes a nivel creativo ya que son unas condiciones climáticas que te obligan a recogerte. El silencio de estar con uno mismo es muy necesario”. Así pues, en este entorno solitario, vio una contraposición clara con el uso de plataformas como Tinder que fue la que dió título al proyecto. “El bosque es visto como un espacio hostil en el que hay unas normas a las que te tienes que adaptar para sobrevivir, pero me parece más amable y seguro que no una aplicación en la que no sé lo que está pasando. Para mi lo inexpugnable y oscuro no está en la naturaleza, sino dentro de lo que pasa en la pantalla de mi teléfono donde alguien está usando mis datos. Aquí es donde hay historias opacas y donde nace la deshumanización” reflexiona Amengual. 

De todas formas, el fotógrafo deja claro que no está en contra de las redes sociales en sí, ya que le parecen una herramienta interesante a la hora de comunicarnos, de compartir, de dar a conocer lo que hacemos… El problema está en el uso que hacemos de ellas puesto que, en muchas ocasiones, no pensamos qué podría pasar con todo ese material que nosotros mismos volcamos en las redes y que está expuesto para todo el mundo. Asimismo, otro aspecto que Amengual destaca de la residencia artística en Finlandia y sus conversaciones vía Tinder es que llegó a intimar con personas que nunca llegó a conocer a nivel físico: “El anonimato que te da la pantalla del teléfono hace que la gente te cuente cosas bastante personales sin llegar a tener un encuentro. No creo que esto sea negativo, me parece curiosa esta nueva capacidad de poder conectar con gente que está físicamente distante pero muy cerca a otros niveles”.

Por su parte, el artista expone también que, a nivel antropológico, le parece interesante observar cómo nos comportamos los humanos a través de la fotografía. “Yo formo parte de la especie más compleja del planeta, el Homo sapiens sapiens, y me cuesta entenderla en general. Por lo tanto, lo que me motiva a girar la cámara hacia otras personas y hacia mí mismo también, es el poder entender un poco mejor tanto la especie a la que pertenezco como el momento y el planeta en el que me ha tocado vivir” explica. Es más, como Amengual ejerce de docente, considera que es crucial fomentar la parte pedagógica a nivel visual: “La fotografía es un medio de expresión y la gente necesita relatos o personas que sepan sintetizarlos a través de diferentes disciplinas. Siempre será necesario generar historias que nos permitan entender nuestro contexto y funcionar mejor en él”. Y es que, tal y como apunta el calvianer, vivimos en una sociedad completamente visual en la que todo el mundo produce y consume imágenes pero muchas veces no sabe leerlas.

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