Como en todos los actos de condena realizados en Calvià, no se ha guardado ningún minuto de silencio sino que se han leído los nombres de las mujeres asesinadas y sus asesino. Hoy día 25 de noviembre, con el acompañamiento del sonido de unas xeremies.
Calvià se ha hecho oír bien alto en el acto de Deseo, rechazo y recuerdo de las mujeres asesinadas en 2020 por sus parejas o ex parejas, con motivo del 25 N Día Internacional para la eliminación de la violencia hacia las mujeres. Como todos los actos de condena que se realizan en Calvià, no se ha guardado ningún minuto de silencio sino que se han leído los nombres de las mujeres asesinadas y sus asesinos, con el acompañamiento del sonido de unas xeremies.
En el acto, al que han asistido el equipo de gobierno municipal, parte del Consistorio y trabajadores del Ayuntamiento, ha comenzado a las 12 h con una introducción del alcalde Alfonso Rodríguez Badal, con intervenciones de lectura de textos o de palabras improvisadas que todo el mundo que ha querido ha aportado y la lectura de un manifiesto:
«1.074 es la cifra de mujeres que han sido asesinadas desde el día 1 de enero de 2003 a manos de hombres. 41 mujeres sólo en el año 2020 en España. 1.074 es el número de mujeres que han sido completamente privadas de su libertad, una cifra que representa las mujeres que no pudieron llegar a vivir sin miedo. Que aumenta casi por semanas y que nos pone en riesgo a todos a diario, independientemente de nuestra situación económica, de nuestra profesión, de nuestra edad. Una cifra oficial que recoge un sufrimiento físico muy grande, pero que deja de lado muchos otros padecimientos. Una cifra que aumentaría aún más si tuviéramos en cuenta a cuántas de nosotras se nos priva de nuestra libertad de hacer, decir, sentir y ser quienes somos, si tuviéramos en cuenta cuántas de nosotros sentimos miedo caminando por la calle o incluso en nuestro hogar, que aumenta cuando el sentimiento de inseguridad brota sólo por la condición de ser mujeres. Una cifra que no se puede quedar sólo en la violencia que se manifiesta de manera física y fatal, sino que va mucho más allá, suponiendo una violencia sexual, emocional, económica y psicológica.
Una cifra que, aunque sea numérica, no podemos dejar aquí. Se trata de una cifra que nos representa como mujeres, pero también nos hace perder la vista la trágica realidad que esconden detrás, el verdadero sufrimiento, el recuerdo de estas mujeres, el valor de sus vidas, sus dificultades, sus recorridos, sus momentos de alegría así como sus miedos. El miedo más grande que se manifestó en la figura de un hombre, no un monstruo, no un psicópata, ni un loco, que tomó unilateralmente la decisión de terminar con su libertad.
Por eso es importante recordar, sobre todo, días como hoy, pero también, siempre, que el tesoro más grande que poseemos, nuestra libertad, nunca será verdaderamente nuestra si en el mundo aún existen mujeres sufriendo por el hecho de serlo».